Reseña de Jasy - Florencia Bonelli

Sinopsis:

Un amor que nace con la vida.
Febrero de 1736. El padre Ursus, superior de la misión jesuítica de San Ignacio Miní, navega por el río Paraná junto a su protegido, un niño de cinco años, Aitor Ñeenguirú.
Ordena a los bogadores que detengan la balsa al escuchar unos gritos desgarradores provenientes de la orilla. Descubre que se trata de una joven mujer de origen europeo, que acaba de dar a luz a una niña. La muchacha muere, pero la niña está con vida, por lo que se apresuran a llevarla a la misión, donde la bautizan como Emanuela.
Así comienza esta potente e intensa historia de amor y de aventuras entre Aitor, séptimo hijo varón de la familia Ñeenguirú, el maldecido del pueblo, señalado y discriminado como el lobisón y Emanuela, la bendita de San Ignacio Miní, a quien llaman la niña santa por sus poderes para curar a la gente y a los animales.
En el marco de la colonización y la evangelización del sur de América, con un compacto abanico de personajes secundarios bien perfilados y con una apretada trama que nos lleva a recorrer la vida y las costumbres en las misiones jesuíticas, Florencia Bonelli, la reina de la novela histórico-romántica, nos entrega su nueva y apasionante historia que, una vez más, provocará el entusiasmo y la celebración de sus miles y miles de lectores.

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Ficha técnica:
·        Autor/a: Florencia Bonelli
·        Editorial: Suma de letras
·        Año: 2014
·        Páginas: 608
·        Precio aprox.: $270
·        Tapa: Blanda (encuadernación rústica)
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Crítica personal:        
La sinopsis, como siempre digo, se queda muy corta, nos da un pantallazo, pero hay cosas que no debería omitir como esquema.
Como la mayoría de los libros de Florencia Bonelli, tiene ese contexto histórico, que además de embellecer la novela, nos enseña mucho de cómo era la vida en ese entonces, y, sin darnos cuenta, terminamos aprendiendo parte de la historia argentina.
La historia se centra en la vida de Aitor, a partir de los cinco años de edad y, de la de Emanuela, la que nace a orillas del río Paraná en una noche de luna llena. Aitor fue un chico menospreciado por casi toda la misión jesuita; discriminado y hasta humillado, ya que al ser el séptimo hijo varón, (y según sus rasgos, ojos, y personalidad) muchas personas creen que es el “lobizón” (típico mito guaraní). Esa noche que iba con su padre, en la que encuentran a la  joven europea dando a luz; Aitor siente automáticamente siente una atracción especial por la recién nacida. Según él, “tan blanca como la luna”, rasgo que  encuentra deslumbrante, y por lo que toma la decisión de nombrarla Jasy; (“luna” en guaraní).

La historia gira en torno a su relación desde ese entonces, mostrándonos los sentimientos que sienten el uno por el otro, como es su vida en San Ignacio Miní, la misión, etc. He aquí también una cualidad atractiva de la historia: como nos hace ver la evolución de los personajes, y nos hace entender como creció su amor, y como crecieron ellos como personas.

"- Nuestro amor- habló él, al cabo- es amor porque nunca cambiará. Te he amado desde que tenía cuatro años, desde que te vi aquella noche en la jangada, recién nacida. Te he amado cada minuto de mi vida, te amo en este momento con locura y lo haré hasta...
-Hasta el día del Juicio Final- completó ella..."

(Fragmento de Jasy)

Particularmente, amo como escribe Florencia, la manera que tiene de narrar los hechos, de usar las palabras justas para cada situación sin usar un vocabulario complejo, y como hace que, sin importar el sexo ni la edad, nos haga entrar en la piel de los personajes.
La narración es en tercera persona ya que, como en Marlenne (click para leer mi reseña), nos da varios puntos de vista de otros personajes además de los protagonistas, como  pa’i, el vecino de la misión, Vespeciano de Amaral, Medeiros, etcétera.

El argumento tiene una malla muy atrayente, en la que se descubren secretos, inflexiones, amor, segregaciones, posesividad, y muchas cosas más, que, a medida que vallamos leyendo, vamos a ir descubriéndolas. Existen varias situaciones a las que podemos no darles mucha importancia, o que no llegamos a entender el sentido, pero que más adelante, nos damos cuenta que son hechos y lugares muy significativos y primordiales para la historia. Es una novela, que tiene una característica, que considero, es una cualidad que tienen las grandes historias: sorprenden al lector.
Con respecto a la relación de amor entre los personajes y a su persona, Aitor, es un mestizo audaz, de actitud fuerte e intrépida que, como ya dije, lleva sobre sus hombros la condena del lobisón, y Emanuela, en contraste con Aitor, es una mujer blanca que no sabe casi nada de sus orígenes, dulce, abnegada y tierna, pero juntos abrigan un amor posesivo y pasional. Un detalle que a mí me causó una “lucha de emociones”, fue, como él, en algunas escenas se mostraba hostil, posesivo y hasta un poco agresivo con Jasy. Pero a su vez, Aitor con su atractivo y encanto lograba su perdón,  algo que equilibraba sus actitudes.

"- Porque ese malnacido te quiere para él, ¡y tú eres solo mía, Emanuela (...) Jasy, Jasy- le susurró al oído, mientras sus brazos la envolvían como cinchas-. Eres mía, ¿acaso no lo entiendes? Solo mía. De nadie más. El pacto que acabamos de sellar nos une para siempre. Tú me perteneces solo a mí, y yo, solo a ti..."

(Fragmento de Jasy)

Personalmente, no creo en los rótulos de “este es un libro para tales personas”, porque como dije en otras entradas, todas las personas son distintas en muchísimos aspectos, y también lo son en los gustos literarios y, pero voy a admitir que la historia de amor reviste algunos tintes adolescentes.

Cabe aclarar, que como siempre, Florencia Bonelli no tiene “pelos en las manos” a la hora de describir situaciones pasionales. Nada de “y cuando el beso se convirtió ardiente, el viento movió las cortinas y los tapó”. No, nada de eso. Son algunas escenas que si bien no serían aptas para todo el público, tampoco pasan al rasgo de lo erótico. Digamos la verdad, la autora en este sentido es muy realista, en la vida real el amor viene acompañado de la pasión, y ese es un atributo que Florencia nos lo hace ver.

"-Abre la boca, Jasy- jadeó él (...) El beso se tornó voraz, inmisericorde, impaciente, un intercambio de inocencia por lascivia, de pureza por lujuria, de generosidad por mezquindad, un resumen de sus naturalezas que colisionaban en sus bocas, en sus lenguas, en sus alientos..."
(Fragmento de Jasy)

Con relación al contexto, aparecen las ya dichas “misiones jesuíticas”, la colonización y evangelización, que se dio en la Argentina, antecedente  a la invención del Virreinato, y la vida cotidiana de los indios guaraníes en la Mesopotamia principalmente, en la zona del  río Paraná, encarnados en una serie de personajes secundarios, que, si bien no tienen mucho vuelo propio,  colaboran a entregar un cuadro muy detallista de ese periodo. 

El final... bueno, el final fue básicamente… ¡asombroso! Estoy ansioso por leer el segundo libro de esta atrapante trilogía, espero que salga pronto.


Editorial


Silvio




2 comentarios:

  1. Amo esta saga! Me gustó mucho tu reseña. Saludos

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  2. Silvio.. me encantó tu reseña y el modo en que te expresas y describís la escritura de Bonelli y lo que te hace sentir. Yo hace unos días termine de leer mi primer libro de ella: Bodas de odio, y me enamoró totalmente. Por eso quiero seguir leyendola ya mismo!!! Es HERMOSO como escribe y no tengo duda que sus demas libros al igual que este deben ser inolvidables.
    Un beso

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